CEPYME (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa) ha publicado las razones por las que Hacienda inicia una inspección para poder tenerlas en cuenta y así poder evitarlas.
Puede que sea una inspección aleatoria, es decir, fruto del “seguimiento rutinario” por parte de la Agencia Tributaria o, peor, porque haya algo en la actividad o contabilidad empresarial que no le cuadre.
En ambos casos, conviene conocer los hechos o causas principales que implican alguna infracción o situación sospechosa y que, por tanto, deben evitarse en la medida de lo posible.
- Devoluciones tributarias excesivas.
Las devoluciones elevadas, al realizar alguna declaración tributaria (IVA, retenciones, renta), pueden llamar la atención a Hacienda, por lo que, en estos casos, más vale que estén correctas o se ajusten a las operaciones realizadas.
- Descuadres entre modelos trimestrales y modelos anuales.
Estos despistes o errores de cálculo hacen que Hacienda entre en acción, por lo que resulta aconsejable, ya no solo hacerlos bien, sino también repasar y, en su caso, corregirlos antes de presentarlos.
- Solicitud de NIF intracomunitario.
Las inspecciones por este motivo, normalmente, se deben a una simple comprobación de datos, teniendo en tal caso que justificar la necesidad de dicho NIF.
- Declaración o no de subvenciones.
Hay que tener en cuenta que unas subvenciones están exentas de tributación, y por tanto no deben declararse, pero hay otras que no están exentas y, por tanto también, habrá que declararlas correctamente.
- Dejar sociedades inactivas.
Dejar sin actividad una sociedad y crear otra parecida, con los mismos socios, misma actividad y misma sede, está dando más que pistas a una posible inspección por parte de Hacienda.
- No presentar declaraciones.
Salvo que no se llegue a los límites que obligan a presentarla, en los demás habrá que hacer la declaración correspondiente, porque sino tendremos a la Agencia encima.
- Exceso de gastos deducibles.
Se tiene la tendencia a incluir gastos no relacionados con la empresa, sobre todo en el caso de los autónomos, como comidas, gasolina, gastos corrientes (luz, agua), etc. Algo que Hacienda puede detectar y provocar una inspección, sobre todo cuando los importes deducidos superan a los ingresos.